Tenerife

La isla de la eterna primavera

Ofreciendo sol continuo durante todo el año, con unas amables temperaturas, la isla de Tenerife se considera una joya natural anclada en el Atlántico. Su capital es Santa Cruz de Tenerife, y constituye uno de los principales destinos del turismo europeo e internacional.

Puerto de la Cruz

Un balcón al Atlántico

Puerto de la Cruz, la ciudad con sabor a pueblo que duerme a los pies del Teide, en el Valle de la Orotava, donde su cultura vinícola acerca los aromas volcánicos al paladar, combinado con un patrimonio colonial en una ciudad frente al mar.

Parque Nacional del Teide

Patrimonio de la Humanidad | UNESCO

El volcán El Teide, a 38 km de distancia del Hotel Botánico, es el pico más alto de España, y el tercer volcán más grande del mundo. Las nieves de su cima contrastan con el clima primaveral del valle, atractivo que lo convierte en el Parque Nacional más visitado de España. Una vez allí, se puede optar por recorrer los senderos de las Cañadas del Teide o subir a su cima en teleférico.

Centros históricos

La Orotava, La Laguna y Garachico

La Orotava está situada en medio de un valle y sus calles invitan a conocer el casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico. Si se visita La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, encontrará una concentración de bienes históricos en un espacio muy reducido. Visitar Garachico, con su ambiente tranquilo, es explorar cómo una ciudad se reconstruye tras su devastación por un volcán.

Playas

Playa de El Médano y Benijo

La belleza de la fina arena gris y la vista majestuosa del cono volcánico Montaña Roja, hacen de la Playa de El Médano, una de las playas con más encanto del Sur de Tenerife. Otra de nuestras recomendaciones es la Playa de Benijo, en el Parque Rural de Anaga, donde encontrar la naturaleza en estado puro. Atardeceres mágicos y siluetas volcánicas esperan al visitante.

Espacios naturales

Los Gigantes

La impactante geografía de lavas oscuras asemejaban para nuestros antecesores el fin del mundo, por esto se le conocía como "La muralla del infierno". Después del Teide, es uno de los lugares más visitados de la isla. La mejor forma de admirar los acantilados es desde una embarcación.